Seguro que has oído hablar alguna vez acerca de alimentos de cuarta, quinta gama…
Hoy en día cuando vamos al supermercado nos encontramos ante miles de productos, unos refrigerados, otros congelados, frescos, en lata, en bolsitas, para llevar, sólo calentar… pero ¿sabemos realmente qué los diferencia? Existen 6 tipos de gama en las que se agrupan los alimentos según el tratamiento al que hayan sido sometidos, los cuáles encontraremos en los lineales de los diferentes hipermercados llegando posteriormente a nuestras cocinas.
Está constituida por alimentos frescos, como son las frutas verduras, hortalizas, pescados, carnes huevos… Son productos para los que se han utilizado métodos tradicionales de conservación como fermentación, salazón o deshidratación. Deberían constituir la base de nuestra cocina.
Precaución: Son alimentos no transformados, perecederos y que en la mayoría de las ocasiones precisan de refrigeración debiendo extremar las condiciones de higiene en nuestros hogares. En el caso de los que no necesitan refrigeración como son las legumbres y cereales, son algo más estables y aguantan más tiempo en nuestras despensas.
Forman parte de este grupo, lo que conocemos como conservas y semiconservas, es decir, alimentos sometidos a algún tipo de tratamiento térmico para mejorar su conservación y envasados posteriormente en recipientes homologados de vidrio o latas. En el caso de algunas semiconservas como podrían ser las anchoas, necesitan refrigeración posterior.
Es una de las mejores opciones para tener productos de temporada cuando no es su estación. Además aguantan más y podemos tenerla más tiempo en nuestras despensas, permitiendo sacarnos de algún apuro algún día que no nos haya dado tiempo a comprar productos frescos. Su consumo debería ser ocasional y nunca sustituir a los frescos ya que en su mayoría tienen sal y potasio y ciertos conservantes utilizados para su conservación.
Precaución: Cuidado con aquellos recipientes hinchados, abombados, oxidados, líquidos turbios ya que podría indicar la presencia de organismos no deseados.
Constituida por aquellos alimentos conservados en frío, ya sea congelación o ultracongelación. Estos son congelados en crudo, por lo que será necesario cocinarlos antes de su consumo. Gracias a la amplia variedad, son una buena opción para disponer de productos con una larga conservación siempre que se haya utilizado el sistema conocido como IQF o congelación rápida e individual (Individual Quick Freezing)
Precaución: Es imprescindible que se mantenga la cadena de frío, tanto en su transporte hacia los supermercados como una vez en nuestros congeladores. Cuidado con productos que presenten una descongelación parcial, presencia de escarchado en el alimento, etc.
Este grupo lo constituyen frutas y hortalizas frescas (lechuga, champiñones laminados, frutas cortadas…), que han sido preparadas para ser consumidas en el momento sin ningún tipo de operación adicional por parte del consumidor más que comerlas. Han sido previamente seleccionadas, lavadas, cortadas y envasadas en la mayoría de los casos, en atmósferas modificadas. Se preparan y conservan en refrigeración y tienen una vida útil de entre una semana y 10 días.
Precaución: Son productos muy perecederos, incluso más que su producto original, ya que están cortadas, lavadas y troceadas. Es importante la prevención de la contaminación con microorganismos en todas las etapas de producción hasta su consumo. Se debe comprobar que no existen bolsas de aire en el caso de envasados al vacío, ya que es señal de presencia de microorganismos.
Los productos pertenecientes a esta gama surgieron hace relativamente poco tiempo. Está formada por aquellos productos que han sido sometidos a varios procesos tecnológicos y que se comercializan listos para su consumo. Reciben tratamiento térmico y envasado (en atmósfera protectora o no) además de refrigeración hasta su consumo.
Incluyen una amplia variedad desde arroz, pasta, preparados con carne o pescado, verduras cocidas, etc…y para su consumo sólo será necesario calentar. Tienen una vida útil de entre 6 y 42 días dependiendo del producto y el tratamiento térmico utilizado.
Precaución: Aunque son preparados por los operadores siguiendo rigurosos sistemas de calidad, el usuario debe comprobar el estado de los envases. El riesgo de microorganismos en este tipo de productos es mucho más bajo que en el resto de gamas. Su consumo debe ser ocasional por la presencia de aditivos para su correcta conservación.
A día de hoy también existe una SEXTA gama que aún se encuentra en fase de pruebas y no aprobada en todos los países. Son los productos irradiados y cuyo uso está aprobado en algunas especias aromáticas aunque existe una propuesta para que esta lista se amplíe con más grupos de alimentos. La falta de información que implica este tipo de tecnología ha provocado confusiones entre la población, llevando a que su uso en Europa está poco extendido. Este tipo de productos deben especificarlo claramente en su etiquetado para que la decisión de incorporarlo a la cocina, sea del consumidor.
Precaución: Es necesario desmentir los errores generalizados que existen acerca de estos productos, especialmente la idea de que sean alimentos radiactivos.